Tras mi regreso de la maravillosa selva todo ha sido muy extraño. Regresé el lunes pasado. El jueves y viernes de la semana pasada no tuvimos cole porque era feriado largo (así llaman a los puentes), por San Ramón y Santa Rosa de Lima. Aitor y Raquel iban a viajar asique Marta y yo decidimos hacerlo también.

El jueves estuvimos jugando con los niños del cole al voley y al futbol y por la tarde estuvimos bailando con ellos. A la noche fuimos a la charanga que había en la plaza de San Ramón, en honor a su patrón. Fue una noche divertida, aunque tuvimos que regresar pronto a casa porque a las 8:30 de la mañana agarrábamos un bus hacia Chiclayo. Una ciudad que se encuentra cerca de Cutervo, a 7 horas en autobús, que para ser Perú es cerca.

Perú está dividido en Sierra, Selva y Costa, y Chiclayo pertenece a la costa, por lo que era la parte del Perú que me quedaba por conocer. Llegamos a Chiclayo a las 3 de la tarde y alucinamos. Es una ciudad enorme con un montón de supermercados, tiendas y hasta centros comerciales, vamos, igualito a Cutervo. La verdad es que llegamos incluso a agobiarnos de tanto tráfico y tantas personas. Allí nos reunimos con una profesora que también había viajado. Nos invitó a comer a un restaurante chino, y para vuestra información la comida china peruana y española es completamente distinta, aunque está muy buena también.

Por la noche pudimos concoer la fiesta de Chiclayo gracias a un primo de esta profesora que estudia allí. En Chichlayo hay mucho estudiante porque toda la gente de los pueblos de al rededor van allí, ya que en los pueblos no hay casi universidades. Las discotecas de Chiclayo son alucinante, en Gasteiz no hay nada parecido. Son enormes. Allí la gente no se pide cubatas, sino que cogen una botella entera. Con la botella van incluidos hielos y toda la coca cola que quieras, es increible. Sale mucho mejor comprar la botella que pedir una consumición. En esa discoteca coeque, un pueblnocimos a una chica de navarra que estaba haciendo las prácticas de la carrera allí.

Al día siguiente fuimos a Lambayeque, un pueblo a 20 minutos de Chiclayo. En él hay un museo impresionante sobre unas tumbas que fueron descubiertas hace 25 años y que tienen miles de años de antigüedad. El señor de Sipán se llama ese museo. Me acordé mucho de mi tia Margari y de mi tio Fernando e Izaskun, porque les habría chiflado ese lugar. Y para sorpresa de todos, ese mismo día fuimos invitadas a una BODA, asique la tarde la dedicamos a comprar ropa y zapatos, porque la ropa que tenemos aqui no es como para una boda. Asique esa noche nos fuimos de boda! Las bodas peruanas son basntante extrañas... ya os contaré.

Al día siguiente, fuimos a conocer las playas de Perú, concretamente Pimentel. Una playa muy grande y con muchas olas, pero el pueblo era muy pobre. Se veían muchas diferencias sociales, a mi me impactó muchísimo. En el paseo mar´timo todo eran restaurantes y puestitos de pulseras y chorraditas. Pero si caminabas hacia el pueblo parecía desicerto. Nuestro regreso fue el domingo a las 3 de la mañana. Y vaya regreso...

Al llegar a casa nos encontramos con que nos habían robado prácticamente todos nuestros objetos, exceptuando la ropa. Nos han quitado todas las mochilas, los sacos, un ordenador, maquinillas de depilar y afeitar, chamarros, esterillas.... asique la vuelta a casa fue dura. Ahora ya no vivimos en el Rincón Taurino, hemos pasado a vivir en Casa San Viator el tiempo que nos queda.

Os seguiré informando